En algunas ocasiones se producen hemorragias de la malla trabecular manifestadas como
sangrados desde el canal de Schlemm hacia la zona de impacto del láser. Esta hemorragia
puede detenerse fácilmente mediante el aumento de la presión del gonioscopio en la córnea
o mediante la coagulación de la zona de sangrado aplicando una quemadura láser.
Se pueden detectar deformaciones de la pupila si se ha tratado la raíz del iris o el iris
periférico. Estas deformaciones pueden o no ser permanentes, en función de la gravedad
del daño accidental.
ADVERTENCIA
Se tiene constancia de aumentos de la presión intraocular hasta en un 53 % de los ojos
cuando se ha tratado la malla trabecular completa (360º) con 100 puntos en la sesión inicial.
Estos aumentos de la presión intraocular suceden casi siempre una o dos horas después
del tratamiento con láser, aunque también pueden producirse transcurridas varias horas.
Por este motivo, es imperativo vigilar la presión intraocular del paciente durante las 24 horas
posteriores al tratamiento con láser.
Se pueden producir episodios de sinequia anterior periférica al tratar la parte posterior de
la malla trabecular u otras estructuras posteriores a la malla. La mejor forma de evitarlo es
aplicar un haz de láser bien enfocado de la forma más precisa posible.
Se tiene constancia de que las quemaduras transitorias del epitelio de la córnea se curan
en una semana y sin dejar cicatrices. Apenas si se han detectado quemaduras del endotelio
cuando el láser se enfoca con cuidado.
En muy pocas ocasiones se pueden producir episodios de iritis grave como consecuencia
de una reacción inusual del paciente o una incorrecta localización de los puntos de láser.
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Sistemas láser de escaneo oftálmico PASCAL
Synthesis
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88292-ES, Rev. D