H. PRECAUCIONES
Utilización del monitor del ritmo cardiaco bajo el agua
El monitor del ritmo cardíaco Polar puede sumergirse a una profundidad
máxima de 20 metros.
La medición del ritmo cardíaco en un entorno líquido resulta más
complicada técnicamente hablando por las siguientes razones:
•
El agua de las piscinas por su elevado contenido en cloro, así como el
agua del mar pueden ser conductoras de electricidad y provocar un
cortocircuito en los electrodos de la correa transmisora Polar que
impedirá la detección de las señales ECG por parte de la unidad de
transmisión.
•
Al lanzarse al agua o realizar un movimiento brusco de los músculos
durante competiciones de natación, la presión del agua puede desplazar
la correa transmisora hacia una zona del cuerpo en la que no se pueda
recoger la señal ECG.
•
La intensidad de la señal ECG varía según la composición del tejido
muscular del individuo y el porcentaje de personas que experimentan
problemas al medir el ritmo cardíaco es considerablemente mayor en un
medio líquido que en otros entornos.
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