DJO Global Chattanooga Rehab Manual De Usuario página 275

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R E H A B / T H E TA / P H Y S I O
ES
1 6 . c ó M o u t l i Z a r l o S e q u i p o S r e H a B / t H e ta / p H y S i o e n
i n d i c a c i o n e S e S p e c í F i c a S
excitación es inferior. La estimulación de dichas fibras activa las neuronas motoras α del músculo, pero
también inhibe las neuronas motoras α del músculo antagonista (reflejo de inhibición recíproco). Es
esta última acción la que utiliza la NMES en el tratamiento de la espasticidad: La NMES de un músculo
antagonista en un músculo espástico hace posible la reducción de la espasticidad mediante la inhibición de
las neuronas motoras α del músculo espástico a través del reflejo de inhibición recíproco.
Este fenómeno de inhibición de las neuronas motoras α mediante NMES del músculo antagonista queda
claramente de manifiesto mediante electromiografía. En efecto, la amplitud de la respuesta de reflejo de
Hoffman de un músculo producida por un estímulo disminuye cuando se estimula el nervio motor del
músculo antagonista.
La NMES es una técnica muy eficaz en el tratamiento de la espasticidad, no solamente porque reduce la
hipertonía sino también porque permite fortalecer la musculatura antagonista, así como estirar de forma
preventiva o curativa la retracción de los músculos espásticos, lo que resulta más efectivo que los métodos
pasivos clásicos.
No obstante, se debe vigilar que la EENM en el tratamiento de la espasticidad se aplique correctamente
para obtener un efecto positivo. Es especialmente necesario evitar estimular los músculos espásticos
mediante difusión, algo que puede suceder cuando la energía eléctrica es demasiado alta. También es
necesario que el músculo antagonista se tense de forma muy gradual para evitar un estiramiento excesivo
del músculo espástico y, por tanto, aumentar su espasticidad. Esto se consigue mediante la tasa gradual de
contracción específica del programa de espasticidad. Otra particularidad de este programa es la ausencia
de todas las frecuencias bajas, que también puede aumentar la espaticidad al generar microestiramientos
repetidos del músculo espástico.
La espasticidad afecta en especial a los músculos antigravitatorios de los miembros inferiores y a los
músculos flexores de los miembros superiores. Entre estos últimos, los músculos afectados y la intensidad
de la espasticidad varían enormemente en función del grado del daño de la vía piramidal (hemiplejía,
tetraplejia, paraplejia, esclerosis en placa...). Por otra parte, para un mismo tipo de daño de la vía piramidal,
la espasticidad se manifestará más en unos músculos que en otros y con diferente intensidad según el
paciente, de ahí que se deba considerar cada caso de forma individual. Por estas razones, cada caso se
debe considerar individualmente. Por ello la tarea del terapeuta es realizar una evaluación clínica de cada
paciente a fin de seleccionar los músculos en los que se concentrará el tratamiento.
Por lo general, la espasticidad afecta en particular a los músculos siguientes:
• En los miembros inferiores:
- tríceps sural.
- cuádriceps.
- aductores.
- glúteo mayor.

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