La percepción térmica subjetiva del paciente de-
berá ser determinante para la dosificación.
En cada ajuste de dosis se deberá preguntar inme-
diatamente y durante los primeros minutos la sen-
sación subjetiva del paciente.
• No dosificar nunca esquemáticamente sino siem-
pre en forma individual.
• Debido a la función protectora de los termore-
ceptores en la piel, podrán evitarse con seguri-
dad sobre dosificaciones. La percepción térmi-
ca es distinta, sin embargo, con cada paciente y
se estabiliza definitivamente por lo general trans-
curridos unos 5 min.
• La percepción térmica del paciente puede variar
en el transcurso de un tratamiento (adaptación),
y también entre un tratamiento.
• Deberá requerirse del paciente que informe en
caso de aumento de sensación de calor, redu-
ciéndose entonces la dosificación.
• En ningún caso deberá inducir una disminución de
la sensación térmica a aumentar la dosificación.
• Deberá efectuarse un control del estado subjeti-
vo del paciente y de la reacción cutánea objeti-
va. Verificar, por esta razón, si se presentan per-
turbaciones de la sensibilidad en la zona de apli-
cación. Afín de evitar recalentamientos en tal
caso deberá dosificarse con sumo cuidado, dado
a que en este caso no se podrá confiar más en la
percepción térmica.¡ Aplicar solamente dosis
reducidas y tiempos cortos en la zona de trata-
miento!
Por último deberá evitarse siempre una aplica-
ción de microondas en una zona con anestesia
local: podría producir una quemadura local !
4.3. Regla básica de dosificación:
Cuanto más agudo sea un proceso, tanto más dé-
bil la dosis (1-2), con aplicaciones frecuentes con
tiempos de tratamientos breves ( 3-10 min) diarias,
en caso necesario dos veces por día durante un
período limitado (6-10 aplicaciones).
Cuanto más crónica sea la enfermedad o respecti-
vamente su estado posterior, tanto más intensa la
dosis (2-3) con tiempos de tratamientos prolonga-
dos (15-20 min) aplicaciones menos frecuentes: 2-3
veces por semana durante varios meses (hasta 18 y
más aplicaciones).
5. CONTRAINDICACIONES
5.1. Contraindicaciones absolutas
• Pacientes con marcapasos o cóclea implantados.
• Endoprótesis metálicas en la zona de tratamiento.
• Tumores malignos. Una elevación de temperatu-
ra puede tener como consecuencia una acelera-
ción del crecimiento de las células del tumor o
respectivamente de metástasis.
• Tuberculosis activa u otras enfermedades acti-
vas específicas.
5.2. Se recomienda tener cuidado en
casos de
• Enfermedades infecciosas agudas, especialmen-
te con fiebre elevada.
• Procesos infecciosos agudos en huesos y arti-
culaciones. El calor puede eventualmente favo-
recer una necrosis en los tejidos o respectiva-
mente acelerarla. El calentamiento local puede,
además, elevarse más de lo esperado en zonas
de circulación deficiente debido a la falta de di-
sipación térmica normal producida por la circu-
lación sanguínea. En aplicaciones de diatermia
en presencia de isquemia o de fuertes lesiones
en los tejidos deberá dosificarse con extremo
cuidado.
• Traumas y lesiones vasculares durante las prime-
ras 24-36 horas después de la lesión, a fin de
evitar el peligro de hemorragias.
• Perturbaciones de la sensibilidad térmica del pa-
ciente.
• En zonas anestesiadas.
• Durante la menstruación en la zona hipogástrica.
• Pacientes con pesarios intrauterinos.
• En caso de osteoporosis.
• En caso de tendencia a hemorragias y uso de
anticoagulantes.
• Propensión a la trombosis.
• Es conveniente no irradiar los discos de epífisis
en niños hasta concluir el crecimiento.
• En la utilización de diatermia en la cercanía de
los ojos. En irradiaciones en la cabeza, p.ej. na-
riz o cavidades parietales, se recomienda llevar
gafas de protección debido a la baja vasculari-
zación de los ojos, afín de evitar una sobrecarga
térmica de los mismos. El tratamiento diatérmi-
co de los ojos deberá estar a cargo solamente
del oftalmólogo.
• Portadores de lentes de contacto. Las lentes de
contacto pueden disminuir la disipación térmica
y provocar un sobrecalentamiento de los ojos.
Deberán retirarse en caso de tratamientos en la
zona craneal.
• Tratamiento en la zona de los testículos. Dado a
que los testículos son extremadamente sensible
al calor, lo que puede conducir a una lesión per-
manente, incluso a la esterilidad, deberán apli-
carse aquí medidas especiales de precaución.
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