Sistema Zimmer
Gender Solutions
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Implantación de la tibia
Fije el espaciador metálico (4 u 8 mm)
a la superficie inferior del platillo
metálico tibial definitivo mediante una
combinación roscada de pivote y torni-
llo, o con cemento óseo de metilmeta-
crilato en combinación con un tornillo
de esponjosa (Fig. 79a).
Sitúe el conjunto sobre la superficie
preparada de la tibia y fíjelo (Fig. 79b).
a
b
Fig. 79
Natural-Knee
Flex – Técnica Quirúrgica para plataforma fija y rotatoria
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Equilibrado de partes
blandas
Deformidad en varo
Las deformidades en varo son más fáci-
les de corregir que las deformidades en
valgo porque la mayor parte del equi-
librado de partes blandas se realiza
con el abordaje quirúrgico habitual de
la rodilla. Cuando se expone y prepara
la rodilla para la artroplastia, se tienen
que liberar las partes blandas mediales
hasta la esquina posteromedial. De
este modo se liberan, en un principio,
suficientes partes blandas como para
que puedan realizarse los cortes del
fémur, la tibia y la rótula y para que
pueda realizarse el equilibrado de
partes blandas definitivo con los com-
ponentes de prueba. Normalmente, si
la rodilla presenta menos de 10° de de-
formidad en varo, la liberación medial
normal practicada para exponer la tibia
es suficiente para corregir la deformi-
dad. Resulta aceptable una ligera laxi-
tud lateral, ya que las rodillas en varo
frecuentemente presentan un manguito
de partes blandas lateral estirado. El
dinamismo de la cara lateral, bíceps y
tracto iliotibial inclusive, elimina toda
consecuencia clínica.
Con el ligamento cruzado posterior
(LCP) intacto, la rodilla debe llegar
hasta extensión total. Compruébelo
poniendo una mano sobre el trocánter
mayor. La estabilidad medial/lateral
en extensión completa debe presentar
1 mm de laxitud. La rodilla normal
presenta 7° de huelgo varo/valgo.
Compruebe siempre la competencia del
LCP realizando una prueba del cajón
posterior forzada. En caso de que se
observe un exceso de desplazamien-
to posterior del punto de contacto
femorotibial (rollback) en flexión, el LCP
se debe liberar progresivamente de la
tibia.
En las rodillas varas con una contrac-
tura en flexión significativa (superior a
15°), lo más probable es que tenga que
resecarse el LCP. Si se reseca, la rodilla
se equilibra de forma que los ligamen-
tos colaterales no presenten laxitud y la
rodilla descanse en extensión completa
menos 5°–10°. Debe implantarse un
inserto tibial que sea 1 tamaño/grosor
superior a la cantidad de resección
ósea medida. Por ejemplo, si reseca
9 mm de tibia, utilice un inserto de
11 mm. La cápsula posterior se estira
durante los seis primeros meses. Si la
rodilla carece de extensión completa,
pero no se observa un desplazamiento
posterior del punto de contacto femoro-
tibial (rollback) excesivo en flexión, se
puede resecar más fémur distal (o tibia
proximal) utilizando el bloque de +2
mm, 2 mm o –4 mm (guía para sierras
femoral distal auxiliar), y no resecar
el LCP. Se necesita aproximadamente
1 mm de resección ósea por cada 4° de
contractura.
Deformidad en valgo
Las deformidades en valgo son más di-
fíciles de equilibrar correctamente que
las deformidades en varo. Las deformi-
dades en valgo a menudo presentan
un ligamento colateral medial estirado
que puede ser difícil de tensar. En mu-
chos casos es más fácil equilibrar entre
medial y lateral si se reseca el LCP.
Esto permite sobrerrellenar (over-
stuffing) la articulación un grosor de
inserto, lo que tensa ligeramente la
cara medial. Las rodillas valgas son una
indicación frecuente para el uso de los
componentes ultracongruentes, que
aportan una mayor estabilidad ante-
rior/posterior y estabilidad rotacional.
Si existe una diferencia de más de 1 cm
entre la laxitud en varo y en valgo, se
tiene que hacer avanzar el ligamento
colateral medial superficial distalmente
sobre la tibia y se tiene que estabilizar
con una grapa de ligamento.
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