Agua: el agua hidrata y activa la levadura. También hidrata el almidón de la harina y permite la
formación de la miga. El agua puede ser reemplazada, parcial o totalmente, por la leche u otros
líquidos. Utilice los líquidos a temperatura ambiente salvo para los panes sin gluten, los
cuales necesitan utilizar agua templada (alrededor de 35°C).
Grasas y aceites: la grasa le da esponjosidad al pan. También mantiene el pan en mejor estado
y durante más tiempo. Demasiada grasa ralentizará la subida del pan. Si utiliza mantequilla,
ablándela o desmenúcela en trozos pequeños. No añada mantequilla derretida. Evite que la grasa
entre en contacto con la levadura, dado que podría impedir su rehidratación.
Huevos: mejorarán el color del pan y facilitarán el buen desarrollo de la miga. Reduzca la
cantidad de líquido en caso de añadir huevos. Rompa el huevo y añádale el líquido hasta obtener
la cantidad de líquido indicado en la receta.
Las recetas están diseñadas con huevos medianos de 50 g. Si los huevos son más grandes,
añada un poco de harina. Si los huevos son más pequeños, ponga un poco menos de harina.
Leche: la leche tiene un efecto emulsionante que permite obtener cavidades más regulares y, por
tanto, un mejor aspecto de la miga. Se puede utilizar leche fresca o leche en polvo. Si utiliza
leche en polvo, añada la cantidad de agua inicialmente prevista para la leche: el volumen total
debe ser igual al volumen previsto en la receta.
LIMPIEZA Y MANTENIMIENTO
• Desenchufe el aparato y deje que se enfríe por completo.
• Lave la cuba y el mezclador con agua caliente jabonosa. Si el
mezclador permanece en la cuba, remójelo durante 5 a 10 minutos.
• Limpie los demás elementos con una esponja húmeda. Séquelos
bien.
• No lave ninguna de las partes en el lavavajillas -
• No utilice productos de limpieza, estropajos abrasivos o alcohol.
Utilice un paño suave y húmedo.
• Jamás sumerja el cuerpo del aparato o la tapa.
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