Como orgulloso propietario de un reloj Girard-Perregaux, permítanos darle las gracias por su
elección.
Nuestros relojeros y artesanos dominan todo el savoir-faire necesario para la creación de relojes
de excepción, desde la relojería tradicional hasta las tecnologías más vanguardistas.
Una historia ininterrumpida desde hace más de dos siglos, decenas de patentes en materia de
relojería y una incesante búsqueda de la innovación hacen de nuestra marca una de las más
prestigiosas del sector de la Alta Relojería suiza.
Nuestro patrimonio es nuestro bien más preciado y estamos orgullosos de hacerle partícipe de
él.
En estas instrucciones encontrará información sobre su reloj. Esperamos que disfrute de su Girard-
Perregaux.
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LA MANUfAcTURA GIRARD-pERREGAUx
La manufactura Girard-Perregaux es una de las más selectas de la Alta Relojería suiza. Durante
más de dos siglos ha sabido preservar y enriquecer su savoir-faire único. Cabe señalar que
aún se siguen produciendo algunos de los innovadores diseños y movimientos creados por
Constant Girard-Perregaux en el siglo XIX, como el Tourbillon con tres puentes de oro. Y cabe
recordar, también, que es toda una rareza que un modelo de relojería haya mantenido vigentes
su forma y su función durante tanto tiempo. Como defensores acérrimos de los oficios artísticos
que embellecen las piezas, diseñamos y fabricamos nuestros relojes y movimientos con un afán
de perfección que nos incita constantemente a superar los límites. La historia de la relojería
está marcada por varias de nuestras proezas tecnológicas. Cada reloj Girard-Perregaux no
solo es sinónimo de una mecánica de precisión, sino también una obra de arte dotada de ese
suplemento de alma que le confiere el esmero dedicado por sus creadores, desde el ingeniero
hasta el maestro relojero. Todas nuestras colecciones son el fruto de una sutil alianza entre la
tradición y la técnica más avanzada. Perseguir la excelencia, respetar la historia, fomentar
la innovación, privilegiar la exclusividad: nuestra filosofía está impregnada de maestría, de
autenticidad, pero también de sueños y de emoción.
Girard-Perregaux
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