de 150 °C durante 1 hora como mínimo. Deja que la
olla o sartén se enfríe y retira el exceso de aceite.
Si el producto es nuevo, este tratamiento debe
repetirse al menos tres veces y, en adelante, repetir
la operación de vez en cuando. Si la olla o sartén se
oxida, le aparecen manchas producidas por comida
o un alimento se quema y queda pegado, límpiala
con estropajo de acero o una esponja abrasiva y
vuelve a curarla.
Información importante
La sartén se puede utilizar en todo tipo de placas
de cocina y en el horno.
Cuando se cocina en una sartén de hierro fundido
sin tratar, la grasa de la cocción se acumula en
los pequeños poros de la superficie. Por lo tanto,
los alimentos que se fríen o refríen no entran en
contacto directo con el fondo, sino que reposan
sobre una capa de grasa que contribuye a que
se doren. De esta forma también se evita que los
alimentos se quemen con facilidad. Para evitar
retirar la capa de grasa que protege el material, es
conveniente limpiar el utensilio únicamente con
agua caliente. No deben utilizarse detergentes,
ya que resecan la superficie. Para eliminar las
manchas de comida, solo hay que espolvorear un
poco de sal en el fondo de la olla o sartén y frotarlo.
La sal absorbe el exceso de grasa pero dejando la
cantidad justa evitar que el utensilio se reseque.
Si no se trata adecuadamente, el hierro fundido
se puede oxidar. Por ello, es fundamental secar la
olla o sartén justo después de lavarla y engrasarla
con regularidad. Además, el hierro fundido es un
material reactivo, lo que significa que los alimentos
ácidos (como el limón y el tomate) pueden cambiar
de color o adquirir un ligero gusto metálico.
La olla o sartén también puede cambiar
ligeramente de color en contacto con sal y
alimentos ácidos. El hierro que se libera durante
la cocción no supone ningún peligro para la salud,
ya que es el mismo hierro que se encuentra en
el cuerpo humano. Ten en cuenta que el mango
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