BRP Can-Am SSV 2011 Guia Del Usuario página 26

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CONDUCCIÓN DEL VEHÍCULO
Conducción sobre nieve o hielo
Cuando realice la inspección previa a la
conducción, preste especial atención a
los lugares del vehículo en que la acu-
mulación de nieve o hielo pueda obs-
truir la visibilidad de las luces traseras,
las aberturas de ventilación, el radia-
dor y el ventilador, así como afectar al
movimiento de los mandos. Antes de
ponerse en marcha, compruebe que
el volante y los pedales del freno y el
acelerador funcionan sin problemas.
Siempre que se conduzca este vehícu-
lo por un camino nevado, el agarre de
los neumáticos se reduce, de modo
que el vehículo reacciona de modo
distinto a las acciones del conductor.
En las superficies de poco agarre, la
respuesta de la dirección no es tan in-
mediata y precisa, las distancias de
frenado aumentan y la aceleración se
ve afectada. Reduzca la velocidad y no
pise a fondo el acelerador. Esto sólo
provocaría que las ruedas patinasen y
un posible deslizamiento del vehículo
por sobreviraje. No frene bruscamen-
te. El vehículo podría deslizarse sin
control en línea recta. También en este
caso lo más prudente es reducir la ve-
locidad antes de realizar una maniobra.
De este modo, dispondrá de más tiem-
po y distancia para mantener el control
del vehículo.
Cuando conduzca el vehículo sobre
una superficie poco compacta o cu-
bierta de nieve, la turbulencia que ge-
nera el vehículo al desplazarse atrapará
nieve pulverizada, que puede llegar a
acumularse o fundirse sobre algunos
componentes descubiertos, entre los
que se encuentran piezas giratorias co-
mo los discos de freno. El agua, la nie-
ve y el hielo pueden afectar al tiempo
de respuesta del sistema de frenos del
vehículo. Incluso cuando no sea nece-
sario aminorar la velocidad del vehícu-
lo, accione los frenos con frecuencia
para evitar que se acumule hielo o nie-
ve y secar las pastillas y los discos de
freno. En situaciones de conducción
de bajo riesgo, esta operación le servi-
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INFORMACIÓN SOBRE SEGURIDAD
rá para probar el nivel de agarre y saber
cómo reacciona el vehículo a los man-
dos. Mantenga siempre despejados
de hielo y nieve el suelo y los pedales
del freno y el acelerador. Quite con fre-
cuencia la nieve del asiento, el volante,
los faros y las luces traseras.
La nieve puede ocultar rocas, raíces de
árboles u otros objetos y, si se derrite,
puede imposibilitar la conducción, ya
que existe el riesgo de que el vehículo
se encalle o pierda la tracción. Ob-
serve a cierta distancia el camino por
delante y preste siempre atención a
posibles indicaciones de la existencia
de esos obstáculos. En caso de duda,
no se acerque. No conduzca por vías
fluviales heladas sin asegurarse antes
de que el hielo puede aguantar bien el
peso del vehículo con los ocupantes y
la carga.
Al final de cada viaje, es recomendable
quitar la nieve y el hielo acumulados en
el vehículo y todas las piezas móviles
(frenos, componentes de la dirección,
tren motriz, mandos, ventilador del
radiador, etc.). Después de parar el
vehículo y el motor, la nieve se conver-
tirá en hielo, que resultará más difícil de
quitar en la siguiente inspección previa
a la conducción.
Conducción sobre arena
La arena y la conducción por dunas
constituyen una experiencia irrepe-
tible; no obstante, deberá observar
algunas precauciones básicas. La pre-
sencia de arena fina o profunda puede
dar lugar a la pérdida de tracción y pro-
vocar un deslizamiento, un descenso
brusco o que el vehículo quede "en-
callado". Si esto ocurre, busque una
base más firme. Nuevamente, lo más
recomendable es reducir la velocidad y
mantenerse alerta.
Cuando conduzca por dunas, es reco-
mendable que el vehículo vaya equipa-
do con un indicador de seguridad (ban-
dera) de tipo antena. Esto facilitará su
localización para otros conductores
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