en el caso de transpiración fuerte, secarlas (doblarlas en la piel). Con los vendajes secos se
puede radiar con bastante seguridad. La diatermia no debe ser aplicada en zonas cubiertas
por vendajes húmedos o cintas adhesivas.
•
Partes del cuerpo conteniendo endoprótesis metálicas tales como clavijas medulares, astillas
de metal, articulaciones metálicas, alfileres, espirales, placas de cráneo, empastes y coronas,
alambres, etc, no deben estar sujetas a tratamientos o solo a niveles de dosis
extremadamente bajas.
•
Cuando tratamos partes del cuerpo estrechas (ej. una muñeca) debemos asegurarnos que el
radiador está posicionado para que las partes sensibles del cuerpo (ej. ojos, testículos) no
estén en la parte irradiada. En estos casos se recomienda usar un radiador más pequeño.
•
Deberá ser posible para el paciente adoptar una postura relajada y tranquila durante el
tratamiento completo.
•
En el caso de los niños, lo mejor es desnudarlos completamente antes del tratamiento. Su
volumen físico exige un cuidado especial a la hora de calcular la dosificación y la
comprobación constante de su temperatura cutánea con la mano.
5.3
Dosis
Mientras que las reglas del tratamiento se cumplan, ningún perjuicio será incurrido por pacientes
como resultado de la radiación de microonda. Como la circulación sanguínea aumenta fuertemente
en la zona, el calor generado se disipa rápidamente y no hay calentamiento. Los daños solo pueden
ser debidos como resultado de errores de tratamientos graves (sobredosis fuerte), exactamente
como con cualquier otra forma de terapia física o médica.
En la práctica, pueden diferenciarse 4 niveles de sensibilidad al calor:
•
Calor imperceptible: la piel se calienta justo por debajo del umbral de sensibilidad al calor.
Ajuste la dosificación de modo que el calor sea apenas perceptible, y después redúzcala
unas cuantas graduaciones.
•
Calor ligero: calor levemente perceptible.
•
Calor cómodo: sensación de calor agradable, fácilmente tolerable.
•
Calor: sensación de calor soportable, casi ardiente.
El factor decisivo para todos los cálculos de dosis debe ser la propia sensibilidad del paciente al
calor. Durante el primer tratamiento de unas series, al paciente debe preguntársele inmediatamente
sobre su propia sensación.
•
Siempre establecer la dosis según cada paciente individual y nunca de acuerdo a un
esquema fijo.
•
Cada paciente tiene una susceptibilidad diferente al calor y esto generalmente alcanza un
estado constante solo después de 5 minutos.
•
La sensibilidad del paciente al calor puede variar durante el curso de un tratamiento
(adaptación).
•
Al paciente debe preguntársele que informe de un aumento de la sensación de calor . La
dosis debe luego reducirse.
•
Al paciente debe preguntársele que informe de un aumento de la sensación de calor . La
dosis debe luego reducirse.
•
La dosis no debe aumentarse bajo ninguna circunstancia como resultado de cualquier
reducción de sensación de calor durante el tratamiento.
•
Cuando los desórdenes de sensibilidad son susceptibles a la percepción de calor subjetiva
del paciente, se chequea mediante la temperatura de la piel. Para evitar sobrecalentamiento
en tales casos, la dosis debe ajustarse con extremo cuidado. Aplicar solo dosis pequeñas
durante períodos cortos a la zona de tratamiento.
La terapia de microonda nunca debe ser aplicada a partes del cuerpo con anestesia
porque esto puede originar quemaduras locales.
5.4
Después del tratamiento
•
Se comprueban los efectos previstos.
•
Se pide al paciente que comente posteriormente cualquier reacción que sufra.
ES109-1435752-42
ESPAÑOL
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