Para empezar la marcha del vehículo,
acople siempre la 1ª marcha de la caja de
cambios. Mientras el motor esté frío (luz
azul del indicador de temperatura
encendida), conduzca el vehículo en las
marchas inferiores, en velocidades
moderadas, evitando someter el motor a la
potencia máxima.
Siempre que el conjunto de freno de las
ruedas entra en contacto con el agua,
conduzca el vehículo cuidadosamente,
accionando moderadamente, el freno de
servicio algunas veces durante la marcha,
para secar las pastillas de freno y
restablecer toda la eficiencia del sistema
de frenos.
No conduzca nunca el vehículo en posición
neutro. Esta práctica es ilegal, peligrosa y
puede causar graves daños a los
componentes de la transmisión del
vehículo. Además, en esta condición, el
freno de motor no queda disponible.
En pendientes, observe siempre el
tacómetro y controle la velocidad del
vehículo usando correctamente el freno-
motor y el freno de servicio para evitar que
el motor sea sometido a rotaciones
excesivas. Seleccione una marcha
adecuada en la caja de cambios, que no sea
tan lenta para forzar el motor a una
condición de rotación excesiva al utilizar el
freno-motor. Esta marcha es, en general, la
misma que se emplea para subir una
cuesta.
Al transitar en terrenos de poca
adherencia, no permita que las ruedas
motrices patinen por mucho tiempo, pues
esta condición somete los engranajes del
diferencial a esfuerzos críticos que pueden
deteriorar el eje trasero.
Período de ablande
Al conducir el vehículo, controle su
funcionamiento y observe regularmente las
luces piloto de advertencia y los
instrumentos dispuestos en el tablero. Si
durante el manejo se enciende alguna luz
piloto o usted percibe cualquier anomalía
en el funcionamiento o en la conducción,
conduzca el vehículo con cuidado a un lugar
seguro, fuera de la ruta estacione, prenda
las luces de advertencia y use la baliza,
triángulo de seguridad, colocándolo a una
distancia adecuada del vehículo para
alertar a los demás conductores.
Conducción del vehículo en regiones
alagadas
Para empezar, no se recomienda la
conducción del vehículo en regiones
alargadas, pues además de comprometer la
seguridad del vehículo, de sus ocupantes
y/o de la carga transportada, y del riesgo
de que el vehículo sea arrastrado por
eventuales corrientes de agua, pueden
ocurrir graves daños al motor, la
transmisión y los componentes de los
cubos de rueda.
Sin embargo, si es necesario transitar en
lugares halagados, observe que la travesía
se puede hacer desde que la altura del
agua, considerando las olas formadas por
otros vehículos, no sobrepase la mitad de la
altura de las ruedas del vehículo y a una
velocidad de a lo sumo, 10 km/h.
No pase en lugares halagados cuando el
nivel del agua esté por encima de la mitad
de las ruedas del vehículo, pues en esta
condición, el motor puede aspirar agua y
sufrir daños inmediatos. El motor también
puede parar de funcionar provocando el
reflujo del agua por el escape, con posibles
daños materiales.
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