Frecuencia de pulso
La frecuencia es muy importante en NMES porque el equivalente fisiológico de la frecuencia es la
activación temporal de las unidades motoras (UM). En otras palabras, configurar la frecuencia de
pulso/ráfaga/latido es como configurar la frecuencia a la que se activan las UM durante la contracción
muscular generada. La corriente bifásica pulsada puede suministrarse en forma de pulsos (frecuencia
de pulso) o ráfagas de pulsos (frecuencia de ráfaga). Configurar la frecuencia entre 30 y 60 Hz es
necesario para conseguir una activación temporal óptima de las UM durante la contracción tetánica
completa, ya que, según las investigaciones, la frecuencia media de fusión tetánica de los músculos
esqueléticos es aproximadamente de 50 Hz (o pps/bups, si hablamos de pulsos/ráfagas por
segundo). Al principio pueden utilizarse frecuencias bajas (20 Hz) y tiempos cortos de contracción
con tiempos largos de relajación para minimizar la fatiga muscular. Cabe señalar que la tasa de fatiga
muscular durante NMES es mayor que la apreciada durante la contracción voluntaria.
La frecuencia de estimulación también afecta a la generación de fuerza. Las máximas fuerzas se
producen con contracciones tetánicas a 60-100 Hz. Sin embargo, estas frecuencias no solo causan
una mayor fatiga, sino también más molestias y daños musculares potenciales, especialmente con
pacientes (la estimulación tetánica se ha investigado especialmente con atletas e individuos sanos,
más que con pacientes que sufren disfunción muscular). Se consiguen fuerzas menores (aprox. 65 %
de fuerza) con la estimulación a frecuencias menores (20 Hz), que causan mucha menos fatiga. No
obstante, la comparación de la ganancia de fortaleza producida a 20 Hz, 45 Hz y 80 Hz en un
cuádriceps femoral normal no mostró diferencias significativas.
Ciclo de servicio (ratio ON:OFF)
El tiempo ON es el tiempo, medido en segundos, durante el que se suministra corriente eléctrica al
músculo objetivo. Su duración corresponde a la duración de la contracción muscular volitiva. En
cambio, el tiempo OFF es el tiempo, también medido en segundos, durante el que no se suministra
corriente al músculo objetivo. Su duración corresponde a la duración del periodo de reposo entre
dos contracciones sucesivas. La relación entre el tiempo ON y el tiempo OFF se conoce comúnmente
como ratio.
Por ejemplo, si se establece un tiempo ON de 10 segundos y un tiempo OFF de 30 segundos,
tendríamos una relación o ratio ON:OFF de 10 s:30 s. Esto significa que el tiempo de reposo entre
dos contracciones provocadas sucesivas es tres veces más largo que el tiempo de contracción (1:3).
El ratio ON:OFF debe modificarse para adecuarse a las características de fatiga del músculo
estimulado. Además, debe utilizarse una rampa moderada de 2-3 segundos, excepto en casos con
alta intensidad de corriente, en los que resulta más apropiado emplear tiempos de rampa
ascendente/descendente más largos (5 segundos). Las pruebas indican que, si el tiempo ON es de 10
segundos, el tiempo OFF debe ser al menos de 60 segundos para evitar fatiga. Si el objetivo del
tratamiento es fortalecer el músculo, el tratamiento puede desarrollarse a lo largo de varias sesiones
aumentando la frecuencia hasta 100 Hz y modificando el ciclo de servicio para alargar el tiempo de
contracción y reducir el tiempo de relajación. Las pruebas sugieren que, cuanto mayor es la fuerza de
contracción inducida en el músculo, mayor es la ganancia de fortaleza. Además, inducir fatiga es un
componente importante de cualquier régimen de fortalecimiento (alterando el ciclo de servicio),
aunque en las primeras sesiones de tratamiento de músculos debilitados, los parámetros se escogen
para minimizar la fatiga.
Los ciclos iguales (1:1) solo se utilizan para los pacientes más fuertes o en buena forma y en la etapa
final del programa de rehabilitación. Los ratios más altos se utilizan para los pacientes más débiles a
fin de posibilitar una estimulación adecuada con la mínima probabilidad de fatiga. Si los músculos
están débiles o en mala forma, deben emplearse tiempos de reposo (más) largos. Por ejemplo, si se
aplica NMES en el cuádriceps de un paciente muy debilitado (tras una operación de rodilla completa),
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