Electrodos de NMES
Tamaño de los electrodos
La elección del tamaño de los electrodos depende básicamente del tamaño del músculo que va a
estimularse y de la intensidad de la contracción que se desea provocar. Los electrodos de mayor
tamaño favorecen una penetración más profunda de la corriente. Además, los electrodos grandes
suelen tener un efecto más agradable por la mayor distribución de la corriente. Los electrodos de
menor tamaño son útiles para aislar músculos específicos y estimular músculos más pequeños.
Aunque la distribución de la corriente eléctrica en la superficie de los electrodos puede ser irregular
(p. ej., la intensidad suele ser mayor en el punto donde la corriente llega al electrodo), en general se
puede afirmar que la densidad de corriente es mayor cuando se utilizan electrodos más pequeños,
por lo que la estimulación suele ser menos agradable y existe un mayor riesgo de irritación cutánea
o quemadura (en cambio, cuanto mayor es el electrodo, menor es la densidad de corriente).
Los electrodos de tamaño estándar (p. ej. cuadrados de 5x5 cm o redondos de 5 cm) se utilizan para
músculos de tamaño medio (p. ej. antebrazo, pantorrilla, hombro). Para músculos más grandes (p. ej.
cuádriceps, isquiotibiales, columna lumbar) deben emplease electrodos más grandes (p. ej. 5x10 cm,
10x10 cm o más) para permitir una mejor dispersión de la corriente. El uso de electrodos pequeños
en un músculo grande produce un reclutamiento inadecuado de las unidades motoras.
No obstante, debe recordarse que el estímulo final recibido por el tejido depende también de otros
factores, como el punto en el que la corriente llega al electrodo y la naturaleza y eficiencia del medio
de contacto.
Colocación de los electrodos
En general, los dos electrodos se colocan en el vientre muscular, la parte abultada del músculo.
Cuando se coloca un electrodo en el músculo objetivo, el terapeuta siempre debe valorar situarlo
sobre los puntos motores del músculo. Un punto motor se define como el punto superficial de entrada
de un haz de fibras nerviosas motoras en un fascículo de fibras musculares. Desde un punto de vista
electrofisiológico, un punto motor se define como una zona específica de la piel donde el músculo
objetivo se estimula de manera óptima aplicando la mínima amplitud de corriente. Uno de los
principales factores que limitan el uso clínico de NMES, y en este aspecto hay consenso en la
literatura, es el dolor o la molestia asociados con el suministro de corriente eléctrica en los tejidos
blandos.
Por lo tanto, colocando los electrodos de estimulación sobre puntos motores –en comparación con
otros puntos del músculo– se necesita una menor amplitud de corriente para generar la máxima
producción de fuerza muscular, haciendo que el tratamiento de NMES sea más agradable y efectivo.
Para identificar o localizar los puntos motores (antes de aplicar NMES), pueden consultarse
ilustraciones en libros especializados que indican su ubicación estándar. Sin embargo, la ubicación
de los puntos motores puede diferir entre personas. Los terapeutas pueden emplear asimismo la
siguiente técnica de identificación de puntos motores:
Paso 1: configure los parámetros eléctricos del siguiente modo:
forma de onda: bifásica pulsada rectangular
•
duración del pulso: 150 µs
•
frecuencia del pulso: 2 Hz
•
Paso 2: utilice un lápiz de estimulación de pequeño diámetro (electrodo de punta) junto con un
electrodo de referencia más grande, situado sobre el músculo antagonista (configuración de
electrodos monopolar).
Paso 3: sitúe el lápiz en algún punto del área muscular objetivo. Aumente lentamente la intensidad
mientras escanea manualmente la superficie de la piel con el lápiz hasta que vea una contracción
muscular clara.
Deje de escanear y empiece a disminuir lentamente la intensidad hasta que la contracción muscular
sea apenas visible.
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