Principio de funcionamiento
Si un neumático pierde aire, disminuye su perímetro de rodadura. Esto a su vez provoca que requiera un
mayor número de vueltas para desarrollar un determinado recorrido. Estas vueltas son registradas por los
transmisores de revoluciones de las ruedas y procesadas por la unidad de control ESP. La unidad de control
reconoce así una mayor variación en la presión de inflado. En determinados estados dinámicos de
funcionamiento, como, por ejemplo, al tomar una curva rápida, conducir por tramos deficientes, iniciar la
marcha y frenar, la unidad de control puede evaluar inequívocamente los valores medidos sólo de forma
limitada. En estas situaciones no se realiza ninguna evaluación sobre una posible pérdida de presión.
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Calibrado
El calibrado del sistema se inicia accionando el pulsador para la indicación de control de los neumáticos
durante 2 segundos como mínimo. Durante la conducción siguiente se procesan las señales de los
transmisores de revoluciones de las ruedas teniéndose en cuenta los diferentes estados de la calzada y las
velocidades. Para un primer "calibrado aproximado" bastan algunos minutos de conducción. Finalizada la fase
de calibrado, la unidad de control conoce los datos nominales de las velocidades de las ruedas en función de
la respectiva velocidad del vehículo y de los estados de conducción. El calibrado debe realizarse cada vez que
se sustituya un neumático y tras modificar la presión de inflado.
Si se detecta una pérdida de presión, se le indica al conductor mediante un testigo dispuesto en el
velocímetro y mediante una única señal acústica al conectarse el encendido. El aviso se pone a cero al
iniciarse un nuevo calibrado.
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