Como característica de seguridad adicional, el vehí-
culo está equipado con un sistema de control de la
presión de los neumáticos (TPMS) que enciende un
testigo de control cuando uno o varios neumáticos
tienen claramente una presión demasiado baja.
Cuando este testigo se enciende, debería detenerse
el vehículo lo antes posible, deberían comprobarse
los neumáticos e inflarse con la presión correcta.
Circular con una presión de los neumáticos clara-
mente demasiado baja provoca el calentamiento de
los mismos y podría dañarlos. Una presión demasia-
do baja reduce, además, la eficiencia del combusti-
ble y la vida útil del perfil del neumático, y puede in-
fluir negativamente en el comportamiento de mar-
cha y la capacidad de frenado del vehículo.
El sistema de control de los neumáticos no sustituye
el mantenimiento y control periódicos de estos. El
conductor es el responsable de mantener en todo
momento la presión correcta de los neumáticos,
aunque el sistema aún no haya advertido de una
presión demasiado baja.
El sistema de control de los neumáticos cuenta, ade-
más, con un indicador de avería que avisa cuando el
sistema no funciona correctamente. Este indicador
está vinculado al testigo de control de presión de-
masiado baja. Cuando el sistema detecta una avería,
el testigo de advertencia parpadea durante aprox.
1 minuto al poner el vehículo en funcionamiento y,
a continuación, permanece encendido. Esto se repe-
tirá las siguientes veces que se ponga el vehículo en
funcionamiento hasta que se subsane la avería.
Si el sistema de control de los neumáticos indica una
avería, no podrá supervisar correctamente la presión
de los neumáticos. La avería del sistema puede tener
varias causas, p. ej., la sustitución de una rueda o un
neumático. Tras sustituir una rueda o un neumático,
hay que comprobar si el testigo de advertencia
indica una avería del sistema para asegurarse de que
este funciona correctamente → pág. 255.
ADVERTENCIA
La tecnología inteligente del sistema de control de
los neumáticos no puede salvar los límites impues-
tos por las leyes físicas y únicamente funciona
dentro de los límites del sistema. La manipulación
inapropiada de las ruedas y los neumáticos puede
causar la pérdida de presión repentina, el despren-
dimiento de la banda de rodadura e incluso el re-
ventón del neumático.
·
Compruebe con regularidad la presión de los
neumáticos y mantenga siempre los valores
prescritos → pág. 259. Si la presión es demasia-
do baja, el neumático podría calentarse tanto
que la banda de rodadura podría desprenderse
y el neumático reventar.
·
Mantenga siempre la presión correcta, confor-
me al adhesivo de la presión de los neumáticos,
medida con estos en frío → pág. 259.
·
Compruebe con regularidad la presión de los
neumáticos cuando estén fríos. Si fuera necesa-
rio, ajuste la presión prevista para los neumáti-
cos montados en el vehículo con ellos en frío
→ pág. 259.
·
Compruebe periódicamente que los neumáticos
no presenten indicios de desgaste o daño.
·
No exceda nunca la velocidad máxima ni la ca-
pacidad de carga autorizadas de los neumáticos
montados.
ADVERTENCIA
Si la presión no es igual en todos los neumáticos
o es demasiado baja, los neumáticos podrían resul-
tar dañados o fallar, se podría perder el control del
vehículo y producirse accidentes, lesiones graves
o la muerte.
·
Si se enciende el testigo de control
se inmediatamente y compruebe todos los neu-
máticos → pág. 259.
·
Si la presión no es igual en todos los neumáticos
o es demasiado baja, podría aumentar el des-
gaste de los neumáticos, empeorar la estabili-
dad de marcha y aumentar la distancia de frena-
do.
·
El conductor es siempre el responsable de que
la presión de todos los neumáticos del vehículo
sea la correcta. La presión recomendada figura
en un adhesivo → pág. 259.
·
El sistema de control de los neumáticos solo
puede cumplir su función si todos los neumáti-
cos tienen la presión correcta en frío.
·
Los neumáticos deberán tener siempre la pre-
sión adecuada al estado de carga del vehículo
→ pág. 259.
·
Antes de emprender la marcha, infle siempre
todos los neumáticos con la presión correcta
→ pág. 259.
·
Si se circula con una presión demasiado baja, el
neumático se ve sometido a un mayor trabajo
de flexión y, por ello, podría calentarse tanto
que la banda de rodadura podría desprenderse,
el neumático podría reventar y se podría perder
el control del vehículo.
·
Si se circula a gran velocidad o con excesiva car-
ga, los neumáticos podrían calentarse tanto que
podrían llegar a reventar y se podría perder el
control del vehículo.
·
Una presión de los neumáticos excesiva o insu-
ficiente reduce la vida útil de estos y empeora el
comportamiento de marcha del vehículo.
Sistema de control de los neumáticos
, deténga-
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